Siempre se ha denostado al fútbol infantil a partir de aquellos padres que insultan a rivales hasta lo increíble de pedir que se lo golpee, exigen a su hijo que sea Messi metiéndole una presión inaguantable para chicos tan pequeños o discuten con los árbitros o el que se cruce con una fanatismo enfermizo que no los deja pensar. Existe y es la imagen que queda. Pero hay otra, la de aquellos papis o mamis que hacen todo para que su hijo sea feliz dentro de un campo de juego. Por razones de mi trabajo y familiares he vivido muy de adentro todo lo relacionado con la actividad y puedo asegurar que esto es así, nadie me la contó.
Cierta vez Claudia Bochatay, la mamá de Franco, un chico categoría 2005 de Gimnasia, subió al face la nota que trascribimos más abajo que «lo encontré por ahí» según nos dijo por lo que no sabemos de su autora. Ahí se refleja claramente el esfuerzo que hemos visto y que queremos reflejar. Lo otro también existe, tapa todo lo bueno y es una triste realidad pero nos quedarnos con esto:
LAS MAMIS DE LOS PIBES FUTBOLEROS
«Somos las madres con botines, canilleras y los cortos, con tribunas, alambrados y potreros con la pelota, lo conitos y las vallas.
Somos las mamis de los pibes futboleros. Las que nunca recibimos un «no quiero ir a entrenar» o un «no quiero ir a un partido».
Somos las mamis que sabemos qué es una gambeta, una chilena, qué son rabonas, caños, bicicletas, sombreros, penales, tiros libres, primer palo, segundo palo…uff. Todo eso tuvimos que aprender porque somos sus orejas cuando noscuentan una jugada y tenemos que entender de qué nos están habando.
Somos las que salimos con un bolso familiar, cargadas de ropa para entrenar, botella de agua, manzanas para después, abrigo por si viene elfrío, termo y mate para pasar las horas, y muchas veces con los libros del colegio para ir estudiando en el viaje.
Somos las mamis que ni el frío nos detiene porque seguro en la cancha un reparo vamos a encontrar.
Somos las mamis RR.PP. porque las horas son muchas y entonces hay que pasarlas y ahí nos empezamos a relacionar con otras mamis, tías o abuelas, asi nacen grandes amistades y si no es a, un mate, una charla, una receta súper fácil. Todo viene bien mientras se espera.
Somos las mamis que sufrimos si el contrario los golpea y queremos tirarnos de la tribuna para ir a abrazarlos y sacarles eldolor.
Pero cuando hacen un gol… sus ojitos son radares que nos buscan sin parar y sus dedos nos sealan y el.. «para vos mamá» retumba en nuestras cabezas y que fiesta es la que hay.
Somos las quesufrmos cuando de malos arbitrajes se trata y ahí si…. queremos sacar nuestro disfraz de súperheroe y volar a hacer justicia.
Somos las mamis sin jardines, sin macetas, sin flores ni arbolitos, todo desaparece con un.. «ma… salgo un rato con lapelota» y asi llega la primavera y el jardín es un desierto, ni las plantas silvestres han decidido aparecer.
Somos las mamis que salimos después de un partido, como Papá Noel, con labolsa de camisetas y medias para lavar.
Somos las mamis que sabemos que «el Dego» es lo más grande que hay, aunque ellos no habían nacido cuando el 10 nos hacía emocionar.
Somos las mamis que miramos sus caritas cuando se canta nuestro Himno Naconal en un mundial, y sus lágrimas empiezan a caer y ahí explotan con las nuestras y, or Dios, esa sí que es emoción.
Somos las mamis de los pibes futboleros… que no sabemos de domingos con familia ni asados cn amigos, porque ahí salimos con ellos… alguna cancha nos espera. Y a correr con los tiempos, porque hay que estar a la hora que el profe los citó y ellos quieren ser los primeros en llegar, para ir calentando. Así con esa excusa miramos unos cuantos partidos antes que ellos tengan que jugar.Somos las mamis que no tenemos el sueño de llevarlos a pasear a Disney… porque el sueño de ellos es conocer una cancha de primera o una camiseta firmada por el mejor jugador de su equipo.Somos las mamis de los pibes que saben qué es un equipo, un compañero, n amigo, un botín que quedó chico y que otro lo usará.Somos las mamis que aplaudimos a los profes, porque dentro de la cancha los ayudan a crecer. Somos las mamis de los pibes futboleros, con botines y canilleras. Ahí estaremos siempre.
Viva el fútbol argentino, el deporte nacional.»