EMANUEL PIÑÓN, UN JUGADOR EN QUIEN CONFIAR

Emanuel Piñón es uno de esos jugadores regulares, siempre de 6 o 7 puntos y confiable para cualquier equipo.

Gimnasia y Esgrima cuenta con jóvenes de relevancia en un plantel que se ha ido valorizando con el paso de los partidos y sus minutos en cancha en el Federal A. Son ante todo muy profesionales desde la forma de jugar, cuidarse y obviamente para entrenar.
Y en ese rubro uno de sus abanderados es Emanuel Piñón el volante central del Lobo. Cualquier desprevenido, de aquellos que relacionan mucho a las personas con los años que están jugando en primera, pensarían que Ema Piñón tiene más años de los 24 que acaba de cumplir en este mes de julio de pandemia y cuarentena.
Tan sólo 24 años y 16 de ellos en el Lobo porque nos cuenta que «estoy desde los 8 años y a los 15 ya debuté en primera».
Hay muchos detalles que lo pintan pero el principal es la humildad sin que se le caiga ninguna medalla si debía bajar a la primera local e incluso pedía ir al banco «para colaborar» cuando no sobraban los jugadores o se disputaban partidos importantes.
Piñón es uno de esos jugadores que no brilla, que no habla demasiado y raramente puede considerarse como la figura de un partido. Sin embargo aporta lo suyo. marca, quite y tratar de entregársela a los que más saben. Parece un trabajo «sencillo» pero todos saben que no lo es. Uno de esos jugadores siempre de 6/7 puntos que muchos técnicos quisieran tener en sus equipos.
Y a esto le aporta algo que para el puesto donde juega es inusitado. El propio nos comenta que «una sola vez me expulsaron; fue un partido ante Depro que ganábamos por 1 a 0 y a poco del final me marcaron la segunda amarilla y la roja».
Con Ema dialogó DD, para conocer un poco más a este futuro Contador Público además de socio silencioso de todos y jugador de equipo, principalmente.

¿Cómo se compone tu familia?
«Mi familia se compone de mi mamá, Alejandra Umpiérrez; mi padre Javier Piñón y mi hermano Christian».
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«Al club llegué cuando tenía 8 años y a los 15 años ya debuté en la primera local que, por ese entonces, dirigían Juan Monge y Santiago Losada. Y en el Federal A, con 18 años y Victor Zwenger como entrenador, jugué mis primeros partidos».
¿No se recuerdan muchas expulsiones tuyas?
«Una sola vez me expulsaron. Fue en cancha de Depro y casi sobre el final del partido me mostraron la segunda tarjeta amarilla y la roja. Igual ganamos 1 a 0».
Aprovechaste este tiempo para estudiar, ¿cómo viene eso?
«Estoy estudiando para Contador Público en la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU), ya en el último año.
¿Venis muy bien?
«Maso, maso. Un poquito me atrasé pero bueno, dentro todo, bien igual sí».
Sobre esto le comentamos que hoy Saverio Díaz, el jugador de básquetbol de Zaninetti y Rocamora y hermano de Mauro, rendía su última matería para recibir se Contador Público y no cuenta que «Claro hoy rendía la última materia, por ejemplo el empezó después que yo y ya se está recibiendo».

¿Cuál fue el problema de salud que dejó afuera del torneo?
«Me descubrieron un síndrome de Wolf Parkinson-White que me provocaba episodios de taquicardia y se me subían las palpitaciones del corazón. Por esa razón no podía seguir haciendo deporte».
Ema tuvo dos operaciones que no solucionaron el problema. ¿Y ahora cómo sigue?
«Estoy esperando si me pueden operar por tercera vez en Buenos Aires para ver si allá, con otros equipos más avanzados, me pueden curar. Tengo que esperar, seguramente en estos días voy a tener novedades de fecha, eso lo está gestionando el club».
¿Con muchas ganas de volver?
«Sí; las ganas están pero entendiendo también que primero está la salud».
Ema Piñón, un jugador que Gimnasia extrañó en este tiempo por su regularidad, por sus ganas de estar siempre y rendirle al equipo. Esperamos que prontamente se solucionen sus problemas y cuando el Lobo vuelva a la competencia siga estando en ese medio campo.