El profe del cuerpo técnico de Marcelo Fuentes dejó cosas muy positivas.
Por Gimnasia hemos visto pasar a un montón de jugadores, entrenadores, profesores encargados de la parte física de los cuales muchos han dejado cosas positivas, otros que pasaron inadvertidos y también los hay de lo que mejor ni acordarse.
Seguramente se recuerdan más aquello que, por su trabajo en el deportivo o por sus resultados, dejaron mejor imagen pero nos queremos detener en el profesor Nicolás Silvestre, encargado de la parte física en esta parte de la temporada acompañando a Marcelo Fuentes al frente del equipo. No ganaron e incluso descendieron lo que en nuestra sociedad sería sinónimo de «fracaso» pero no estamos de acuerdo con eso dado que dejó muchas cosas positivas.
Al «profe» lo conocimos cuando el nuevo cuerpo técnico fue presentado en el estadio Núñez donde se reunió con los dirigentes solicitando una serie de cosas que nos hizo pensar que «estaba loco». Nutricionista, pantalla gigante para ver videos entre otras cosas.
No sabemos si todo lo que pidió se lo cumplieron o no pero no viene al caso; la historia pasa por saber lo que pasó después; la forma en que el profe se involucró con el club trabajando con diversas categorías de nuestro fútbol infanto-juvenil con el propósito de acercarles a la práctica del fútbol profesional. Charlas sobre metodologías de entrenamiento, dirección de prácticas, distintas evaluaciones físicas y técnicas, entre otros aspectos.
Además, por su intención, dos jugadores del plantel del Federal Damián Baltoré y Nicolás Germanier se reunieron con la categoría Sub 13 (chicos nacidos en 2009, 2010 y 2011), para contarles sus experiencias en el fútbol formativo y motivarlos de cara al partido de vuelta de la semifinal del Torneo Provincial, acompañados por Eduardo Rothermel, jugador de Gimnasia y Preparador Físico de la categoría.
Una vez que el santafesino Lucas Nicolás Cavallero pitó el final del partido en el Núñez que llenó de desazón a todos; donde hubo muchos insultos y los jugadores mostraron con lágrimas su mal momento. El profe los esperó a todos en la boca de la manga; palmada para cada uno y recién, cuando se fue el último de los jugadores que se habían quedado dando notas, se fue a los vestuarios pero, en varios momentos, se le escapaba algún lagrimón, que demostraba por lo que estaba pasando.
No sabemos qué piensa hacer con su futuro y tampoco lo que piensa el club al respecto pero, qué bueno sería poder mantenerlo en la institución. El profe Nicolás Silvestre dejó, en estos pocos meses que estuvo en el Lobo, lo valioso que podría significar en un club de fútbol que quiere crecer porque, más allá de lo que pase con los descensos, Gimnasia necesita una reestructuración y comenzarla a partir del trabajo del profe, no es una mala idea.