LA COMPLICADA TAREA DE SER ÁRBITRO EN EL DEPORTE ARGENTINO

Ellos son árbitros, tienen una de las tareas más difíciles. Son insultados por unos y otros, reciben las quejas de todos y raramente son elogiados.

Para un árbitro, del deporte que sea, convivir con el error es algo que para ellos es habitual, asumen que pueden equivocarse, aunque tratan de hacerlo lo menos posible. Obviamente que hablamos de los árbitros serios y no de los que están en «la joda», que hacen bien «los deberes» que mandan los dirigentes de arriba y en donde el fútbol se lleva todos los laureles.
Este trabajo les lleva mucho tiempo de estudio, los jugadores, el equipo, las jugadas que tiene preparadas, el planteo que hacen en la cancha, todo lo que puedan anticipar los ayudará al momento de dirigir.

Afortunadamente aún quedan ejemplos donde mirarse si se quiere mejorar. El rugby o el hóckey sobre césped si se quieren ver deportes de contactos pero está claro que hay otra cultura y que para llegar a eso hará falta mucho trabajo.

Se habla de lo complicado que es dirigir en el fútbol donde los jueces tienen que lidiar con futbolistas desleales, que quieren ganar un lateral a como dé lugar, que piden todo el tiempo tarjetas para sus rivales, que protestan una expulsión aunque el rival tenga la pierna partida al medio, que se tiran una y otra vez buscando engañar al juez y que reiteradamente apelan a herramientas más relacionadas a la trampa que al espíritu deportivo.
Pero los árbitros del básquetbol no le van en zaga, con otros problemas pero igual de complicados. Todos protestan tras cada jugada, los favorecidos y los perjudicados. Deben estar concentrados, sancionar en décimas de segundos, pese a que tienen a los hinchas pegados a las orejas, gritando y muchas veces insultando. Locales y visitantes, por igual piden, que todas sean a su favor. Y entro de ese contexto tienen aciertos y errores, máximo en un deporte de contacto como el básquetbol donde las exigencias crecen aún más en los tiempos de play off, donde se sabe, «no hay mañana».


Daniel Ortiz y Noeli Sartori fueron los que dirigieron este jueves en cancha de Parque Sur, donde tuvieron que dirigir un partido muy físico, muy peleado y enredado pero terminaron cumpliendo con un acertado arbitraje con errores y aciertos para un lado y el otro. Pero todo lo que le pasó esta noche a Daniel y Noeli pasa en cada uno de los escenarios donde se jueguen cosas importantes y, muchas veces, sin que sean importantes, que tan sólo sean encuentro de juveniles o lo que es peor, partidos de mini básquetbol.
Es nuestro querido deporte argentino; bueno y malo por partes iguales. Capaz de sacar enormes deportistas y también capaz de quejarse por todo.