ENARD, UN ENTE QUE DEBE SER REFUNDADO

El viaje de los atletas al sudamericano dejó en offside a un ente que tuvo un buen comienzo.

El 2 de diciembre de 2009 cuando, mediante la Ley N° 26.573 fue creado el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) parecía que comenzaba una mejor época para el deporte amateur de nuestro país, para aquellos que hacen todo a pulmón, que no tienen Asociaciones fuertes, que no reciben sueldos millonarios ni nada cercano a eso. En definitiva para los que deben ‘rezar’ para viajar a una competencia internacional si su talento los clasifica.
Y aquellos presagios de mejores años se fue acentuando dado que fue una gestión que ilusionó a todos; en los que creció el deporte argentino; que tuvo memorables actuaciones reconocidas en todos los ámbitos.

El deporte argentino tuvo, en los Juegos Panamericanos de Lima, una actuación notable con un total de 101 medallas, 32 de ellas de oro. El ENARD brillaba por su enorme aporte.

Previo a Río 2016, fue el propio Gerardo Werthein, presidente del Comité Olímpico Argentino (COA) quien elogió la labor que se realizaba desde el ENARD para que la delegación argentina tuviese lo mejor en la cita olímpica.

De La Nación
Sobre el ENARD también vale destacar esta nota publicada en La Nación hace un tiempo: «Se podrá estar políticamente de acuerdo o no con esta ley sancionada por el Senado (55 votos a favor y uno en contra), pero es indudable que el efecto derrame surgido del presupuesto del ENARD significó un maná para cada disciplina, por más humilde que fuera. Los 14 botes de última generación para el remo, la concentración en la altura de San Luis de Potosí (México) para varias delegaciones, la multiplicación del presupuesto (el pentatlón moderno pasó de 6.000 pesos anuales a 1.500.000), la suma de equipamiento y numerosas giras son algunos beneficios de esta fuerte inyección económica para el deporte argentino».

Walter Pérez junto a Pablo Zaffaroni en su visita a nuestra ciudad. Pablo fue uno de los atletas que vio peligrar su viaje a Guayaquil.

Cualquier garúa nos moja
Con el ENARD, creado como una entidad de derecho público no estatal y autárquica, sin fines de lucro, de gestión público-privada de Argentina, todo parecía encaminado para el crecimiento del deporte argentino pero, en nuestro país pasan cosas aparte de la crisis que sufrimos por la pandemia y en este momento parece que hemos retrocedido varios años.
Ya, en 2019, cuando Walter Pérez -oro olímpico y quien ejercía en ese entonces funciones en el COA y el ENARD- visitó nuestra ciudad por los festejos del Día del Olimpismo le decía a Deporte Digital que «el ENARD sigue funcionando bien pero la crisis nos afecta porque ha bajado el consumo de la telefonía celular que es fuente de nuestros recursos y, principalmente, los pasajes que debemos pagarle a nuestros deportistas son en dólares y esa es la principal problemática que tenemos».
Lo que el fabuloso pedalista nos anticipaba en 2019 se fue acentuando y con el viaje del equipo argentino al sudamericano salió a la luz que seguimos sin un programa deportivo en serio, que a todo ‘lo atamos con alambre’ como cantaba Ignacio Copani y ‘vamos viendo’ competencia tras competencia y si aparece un Santi Maratea, zafamos.

Detrás de todo eso hay personas
Pero tendrán que saber aquellos que tienen la responsabilidad de dirigir estos entes que, detrás de todo esto, hay atletas que dejan muchas cosas de lado por estar en un muy buen nivel de competencia que les permita tener marcas para una competencia; que hay mucho sacrificio detrás; que la gran mayoría lucha en inferioridad de condiciones que el resto de los atletas del mundo por elementos, por equipos de trabajo y por el lado que se les busque.
Si el ENARD fue eficaz en el comienzo, no será tiempo de refundarlo, de recuperar todo lo bueno que ha tenido y no tener que depender de la convocatoria de un ‘influencer’ para que puedan viajar atletas o que los propios atletas, junto a sus familiares o amigos, traten de juntar los fondos para costear un viaje.
Que los aportes con lo que se pueda tener un gran proyecto al deporte sea total; que no dependan de la telefonía celular, el juego de azar o lo que sea. Un presupuesto serio e importante además de que, al «Nuevo ENARD», lo dirijan dirigentes, profesores y ex jugadores de prestigio y trayectoria tanto en las canchas como en la vida.
El deporte argentino, en base a mucho esfuerzo de sus atletas y profes, le ha dado a nuestro país mucho más de lo que le han brindado y es hora de cambiar en serio.

 

82 comentarios sobre “ENARD, UN ENTE QUE DEBE SER REFUNDADO”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *