YA NI LES INTERESA DISIMULARLO UN POCO

El fútbol argentino ha perdido credibilidad hace tiempo; se agudiza en este tiempo de pandemia.

El deporte más popular de nuestro país se ha desnaturalizado; aquello que alguna vez se hacía con mucho tacto, sin tanta asiduidad con árbitros de jerarquía que ‘te bombeaban’ sin que te dieras cuenta ahora se hace descaradamente y dejando claros indicios de quienes estarán ascendiendo al final de cada temporada. Es que por aquel entonces sólo había que darle una mano a los de Sarandí, hoy está más diversificado.
La temporada 2020 se frenó de golpe y algunas vez escribimos que seguramente volveríamos mejores cuando todo retorne a la normalidad o la ‘nueva normalidad’ como se dice ahora. Nada más errado, especialmente si nos referimos al fútbol argentino.
Comenzando con el horroroso sorteo del torneo de la Liga Profesional ahora denominado ‘Copa Diego Maradona’ y siguiendo con lo que está ocurriendo en las categorías de ascenso que han reanudado sus torneos todo está muy turbio, cada vez más desnaturalizado y cero credibilidad..
Chiqui Tapia con su Barracas Central y Pablo Toviggino con los equipos de Santiago del Estero corren con ventaja en cada partido y para ello cuentan con sus árbitros ‘elegidos». A esa lista la encabeza el correntino Jorge Sosa. El «Chino» es el abanderado que, cuando necesitan mucho ‘ayudín’ es convocado. Dirigió a Güemes en el partido del debut ante Douglas y también estuvo en el escandalosos 1 a 0 de Barracas Central con el Belgrano de Caruso Lombardi.

«Poco fútbol. Mucho poder» es hoy por hoy trending topic en las redes sociales relacionados a quienes manejan el fútbol argentino hoy en día: Caudio Tapia y Pablo Toviggino. «Manejan el fútbol dos que nunca patearon una pelota» sostienen.

Pero no es el único porque también fue escandaloso lo que ocurrió en la noche del domingo en Las Parejas con el partido entre Sportivo y Güemes. Ganaba la visita ‘tranqui’ por 3 a 0 pero, en una ráfaga, los locales se pusieron a tiro del empate. A los 19 del segundo tiempo Sportivo Las Parejas marcó el 2-3; a partir de ahí recibió 2 tarjetas amarillas y enseguida una roja en tan sólo 4 minutos y le cambió la camiseta al local que de la verde y roja cambió por amarilla por la cantidad de tarjetas que recibió. a los 29′ ya el local estaba con 9 por otra expulsión y casi todo el equipo amonestado. En este caso el árbitro fue el santafesino Carlos Córdoba, otro que suele arbitrar seguido a los santiagueños. Apenas dos ejemplos de una larga lista que podemos dar aunque son muchos los que sostienen que las órdenes bajan desde Federico Beligoy quien es Director Nacional de Arbitraje y, al mismo tiempo, el Secretario General de la Asociación Argentina de Árbitros. De todas formas ningún árbitro ha comentado nada al respecto como aceptando lo que pasa. De una forma u otra, es todo muy triste. Si lo que ocurrió en el final del 2019 con la definición de los ascensos hubiese sido poco, ahora se va ampliando.


Gimnasia supo sufrirlo en carne propia cuando era dirigido por Tony Fontana y arrancaba la edición 2019/2020. Visitaba a Güemes que ganaba por 1 a 0 cuando, casi desde los bancos de suplentes Nico Musico marcó un golazo superando la estirada del arquero local. Nadie aún sabe por qué el gol fue anulado. El árbitro era, vaya casualidad, el «Chino» Jorge Sosa.

¿Qué dicen a todo esto los dirigentes de otros equipos? Nada que haya trascendido demasiado seguramente esperando alguna ‘migaja’ cuando sean muchos los ascensos y puedan ligar alguno aunque también nos preguntamos ¿son muchos los que pueden tirar la primera piedra?. Mientras tanto siguen jugando, hoy más que nunca, torneos donde las pérdidas son enormes, las ganancias cero al igual que las posibilidades de pelear por un ascenso en igualdad de condiciones.

Pero lo más grave de todo esto es que ya lo hacen descaradamente; sin importar que, por ejemplo, el partido entre Barracas Central y Belgrano de la Primera Nacional lo haya televisado TyC Sport con lo que la audiencia es infinitamente mayor a la que puede tener un encuentro del Torneo Federal A transmitido por Youtube o un streaming que sólo interesa a unos pocos.
«Cuando volvamos seguro que lo haremos en mejor versión», una apreciación que, al menos en el fútbol, lejísimo está de ser verdad.


QUIÉN ES PABLO TOVIGGINO
Agustín Colombo de 442 sostiene en su nota que «los que conocen a Pablo Toviggino dicen que no le gusta el fútbol. O, al menos, que no le gusta como le gusta a la mayoría de los dirigentes: su verdadera pasión son los caballos de equitación. Sin embargo, sabe muy bien que ninguna actividad ecuestre le hubiese permitido atesorar el poder que acumuló en el piso tres de Viamonte 1366: la casa de papel que gobierna Claudio ‘Chiqui’ Tapia desde hace más de dos años.
Es paradójico: a Toviggino no lo reconocerían en casi ninguna cancha, pero es el hombre con más poder dentro de la estructura de AFA. A veces, incluso, se jacta de tener más poder que el propio Tapia, al que llama «comandante» a pesar de que se autopercibe como peronista. Un peronista con algunos manejos discrecionales más emparentados al viejo feudo provincial de la familia Juárez, que conoció de cerca, que a los valores de transparencia y ética que la AFA publicita cada vez que puede.
Con un cultivado perfil bajo y trabajando de la mañana a la noche en la oficina ubicada estratégicamente al lado de la de Tapia, Toviggino se convirtió en un hombre poderoso pero casi desconocido. «Es a Tapia lo que Marcos Peña es a Macri –sintetiza el presidente de un club–. El que le da vuelo político y herramientas técnicas a la presidencia».

LO QUE SE DIJO
«En los tiempos de Julio Grondona, todas las miradas apuntaban a Sarandí. Para la opinión de la tribuna, Arsenal corría con el Caballo del Comisario. Sobraban sospechas y los árbitros dirigían condicionados. Hoy sucede con Barracas Central, el equipo de Claudio Tapia, mandamás de la AFA, y de sus dos hijos: Matías -el presidente- e Iván -mediocampista-» (Clarín).

«Los arbitrajes están bajo la lupa en la Primera Nacional. ¿Dirigen condicionados? Todas las semanas hay polémicas y muchos cuestionan a los “amigos de la casa madre” de la calle Viamonte en un campeonato manchado por la polémica» (Clarín).

«¿Juega Barracas Central? Hay escándalo, polémicas y sospecha. Pasó de nuevo. El club que preside Matías Tapia y que tiene en su plantel de fútbol a Iván Tapia, ambos hijos de Claudio, el presidente de la AFA, le ganó el sábado por 1-0 a Belgrano, el equipo al que dirige Ricardo Caruso Lombardi. El Pirata, después de dos expulsiones, recibió el gol en el minuto 95 y en dudosa posición. Caruso Lombardi explotó el sábado -«Si no hay descensos, que dejen ganar a los mejores»-, y continuó ayer: «Los árbitros son rehenes de los dirigentes. Y nosotros, rehenes de los árbitros. Los tres partidos que gana Barracas fueron con problemas. Es muy difícil jugar así. Si quieren ascender, a mí no me molesta, pero no nos hagan viajar. Pongan Barracas 1-Belgrano 0 y nos quedamos en Córdoba». (La Nación).

«La desconfianza obligaba a afinar el olfato; y el temor a la traición, a agudizar la perspicacia. Barracas Central atraía la atención de los escépticos, esos que han visto cientos de partidos en los que el poder, muchas veces sin eufemismos, aprieta tan fuerte la mano a los árbitros antes de los partidos que los hace clavar las rodillas en el piso y los obliga a claudicar» (La Voz del Interior).

(Foto principal. En el ojo de la tormenta, Pablo Toviggino y Claudio Tapia)