El Turismo Carretera está deseoso de volver y ni bien pueda la ACTC hará fechas aunque, las primeras, seguro serán sin público en los autódromos. Hay algunas buenas señales, faltan más.
Para mayo se espera sea «el pico» de la pandemia en nuestro país por lo que pensar en ese mes para que retornen algunas de las actividades deportivas parece un poco fuera de lugar. «La Máxima» tiene para ese mes dos fechas una en Villicum (el 10), y la otra el 31 en Termas de Río Hondo que, a cómo viene la historia, correrán el mismo camino que Concordia y Toay, por lo que serán cuatro las pruebas suspendidas. Recordemos que sólo pudieron correrse las de Viedma y Neuquén cuando nadie siquiera soñaba con un virus llamado Covid-19.
Por eso es que se apunta a junio como fecha probable de la vuelta a la competencia aunque con solamente los equipos en el autódromo dado que las carreras iniciales, serán a puertas cerradas, es decir sin ingreso del público.
La intención de la ACTC es buena porque volviendo a la actividad los equipos podrán seguir mostrando las publicidades de aquellos sponsors que hacen posible que puedan seguir corriendo.
De acuerdo a lo que informan algunos medios nacionales la vuelta podría ser en el «Roberto Mouras» de La Plata, escenario que si bien no estaba en el calendario y donde hace rato que la categoría no corre se tienen en cuenta otros factores; si no hay público no se necesita tanta logística, el operativo de seguridad prácticamente sería nulo y a los equipos les queda más cerca.
Imágenes como estas no se verán en el comienzo. Seguro se correrá sin presencia de público.
Y por ahí debe pasar lo que debería pensar la ACTC, en abaratar costos a los equipos, principalmente a los más chicos, a aquellos que hacen todo a pulmón. Es que, con esta crisis, cuántos sponsors seguirán en cada uno de los equipos? Cuántos seguirán aportando lo que prometieron a principio de temporada teniendo en cuenta que varios de ellos ni siquiera han podido abrir sus puertas en este tiempo y otros han bajado sus ventas en forma impresionante.
La ACTC a la que hasta el arranque de esta pandemia no le importó demasiado quien seguía o quien se quedaba en el camino está dando algunas buenas señales que hacen abrigar esperanza de un cambio en ese sentido para comenzar a pensar un poco más en lo que hacen el espectáculo. Pero se debe ir más allá, debe apuntarse a bajar los costos de una categoría que se ha hecho muy onerosa. Costará recuperarse de este «golpazo» y de ahí que con el apoyo de todos se podrá seguir corriendo.
Ya lo de correr en La Plata para bajar costos es un buen paso y una buena señal que da la ACTC; deberían darse otros para pensar en la vuelta a la competencia con buen parque automotor y que la categoría siga siendo la más popular del país.