Martín y Ricardo Baucero hicieron propio la vieja canción de Ignacio Copani aquella de que “lo atamo con alambre”.
En 1988 Ignacio Copani escribió e interpretó una canción que pegó mucho en los argentinos porque se adecuaba mucho a su sentir, “Matute” y Ricardo lo pusieron en práctica en el Rally Entrerriano.
Contaba Copani, el hincha de River, en su canción titulada “Lo atamo con alambre” que “En esta tierra santa nadie se espanta si hay un ciclón y no se toma a pecho si cae el techo del comedor. En esta tierra santa nunca nos falta imaginación para arreglar la pava y fijar la cama con precisión. Lo atamo’ con alambre, lo atamo’, lo atamo’ con alambre señor”
La canción habla de lo que hacen la mayoría de los argentinos a la hora de solucionar un problema de forma precaria, temporal y con recursos limitados, improvisando una solución rápida pero no definitiva. Refleja una cultura de adaptación y resolución de problemas ante la necesidad, a menudo con el objetivo de seguir avanzando a pesar de los obstáculos, aunque la solución sea poco duradera.
Martín y Ricardo la hacen propia
Algo de esto le pasó en el Rally Enterriano disputado en Sana Anita la semana pasada a Martín Baucero que corre navegado por su padre Ricardo.
Martín o simplemente “Matute”, es habitual navegante, en el rally nacional, del joven fueguino Santino Rossi de apenas 17 años con el que ya ha ganado un par de carreras. En el Entrerriano es piloto de un VW Gol Trend de la Clase A6, la mayor de nuestra competencia y tiene a Ricardo, su padre, como navegante.
De primero al problema

En la quinta fecha disputada en Santa Anita Martín y Ricardo terminaron primeros al cabo de la primera etapa con un auto que funcionaba muy bien y que los ilusionó con un triunfo.
Pero los “fierros” se rompen cuando menos se lo espera y apenas iniciada la segunda etapa al VW se le corta el acelerador y ahí Ricardo se debe haber acordado de la canción de Copani porque, o solucionaban el problema o rápidamente se le acababa la carrera; encontraron la solución. Un cordón de las zapatillas de «Matute» sirvió para atar el acelerador y poder acelerar con la mano derecha mientras que, al mejor estilo Gabriel Raies con el Clío, “Matute” manejaba con la izquierda. Pero quedaba un problema, los cambios. Ricardo, con su mano izquierda, hacia los cambios en un proceso que necesita de mucha coordinación; mirar los relojes, escuchar el ruido del motor, etc. Hubo rápida adaptación, se las ingeniaron y terminaron el rally de muy buena manera y en el segundo lugar.
En el trámite de arreglar el problema perdieron unos seis minutos y después perdieron la carrera ante los gualeyos Guillermo Pitón-Joaquin Tofay por sólo 7 minutos.
Sin dudas que Ignacio Copani se debe haber sentido identificado con Martín y Ricardo que no fue con alambre pero sí con un cordón y mucho ingenio para luego manejar la situación, solucionaron un problema que tranquilamente lo había podido dejar fuera de carrera.