LA FOTO (EL LLANTO DE NICO)

Nico Germanier anotó el segundo gol de Gimnasia y después no paraba de llorar por haber amargado a su Rivadavia.

Nico Germanier tiene una vida como jugador en Rivadavia club e el que quizás haya estado más tiempo que en su casa; conoce el mundo «Tricolor» como poco pero, como buen profesional que es, le tocó marcar el gol para asegurar el título del Lobo en contra de su querido club.
No lo festejó y de inmediato el árbitro del partido marcó el final. Ahí comenzó «la procesión» de Nico que saludó uno a uno a los jugadores, hoy rivales, y al final se largó a llorar desconsoladamente en los brazos de un jugador de Rivadavia que trataba de alentarlo diciéndole que «había hecho lo que correspondía».

Cuanta mentira de la frase instalada de que «los hombres no lloran». Se puede llorar por alegría, emociones o por cosas como estas y lo que hizo su amigo es importante para que se sienta bien y para que puedas reponerse y salir adelante.