La profesora Pamela Arrigo está a cargo de la Escuela de Tenis de Rocamora y nos cuenta detalles de ella.
Ir al club Tomás de Rocamora es sorprenderse por la enorme actividad que tiene porque, en el gimnasio ‘Julio César Paccagnella’ funciona la escuela de formación motora a cargo de la Licenciada en Psicomotricidad Antonella González y la estudiante del profesorado de Educación Física Irina Figueroa; el gimnasio del club está a pleno; en su cancha de padel, Gonzalo Almada sigue con sus clases; en la histórica cancha abierta, donde el básquetbol del ‘Rojo’ vivió su tiempo de mayor gloria al ser campeón Argentino, con la escuelita de patín de la profe Soledad Pitter y el playón que es ocupado para que entrenen los equipos de formativa. Y dentro de eso está la escuela de tenis de la profesora Pamela Arrigo que, día a día, gana adeptos tanto de chicos como de grandes.
Por eso un día de semana es grato ver tantísima actividad para que tome más fuerza aquello de que «una hora más en el club es una hora menos en la calle» para todos nuestros chicos.
Para conversar con la profesora Pamela concurrimos al club y además de encontrarnos con todas esas novedades también vimos una escuela con muchos jóvenes aprendiendo un deporte competitivo pero, importante socialmente, pensando en el futuro.

¿Contame como surge tu relación con el tenis?
«Comencé a jugar a las 7 años en el club Almafuerte con Carlitos Carreón. Competí desde los 9 hasta los 15 años. Dejé y un día me llamaron del club Rocamora para ver si no me animaba a cubrir a un profe que se iba de vacaciones. Yo tenía 18, estaba por arrancar el primer año del profesorado de Educación Física.
«Cubrí unas horas, y cuando estaba por arrancar tercer año me llamaron del club para ver si no quería agarrar la escuela de tenis. Y ahí comencé como profe».
¿Y ya te recibiste de profe?
«Sí. El 17 de diciembre del año pasado cumplí 22 años y al día siguiente me recibí de Profesora de Educación Física».
¿Y con relación al tenis?
«Además de todo lo que pude aprender al lado de Carlitos (Carreón), el mes que viene comienzo el curso de profe de tenis, el que se llama PTR (Prrofessional Tennis Registry). Se hace online y tenemos encuentros presenciales en Buenos Aires».

¿Para qué edades son las clases en Rocamora?
«Arrancamos con chicos a partir de que vayan a salita de 5. Incluso algunos de 4 años ya van porque cumplen los 5 antes de julio. Escuelita sería hasta 14 más o menos. Después ya serían adolescentes y adultos donde no hay edad límite para los más grandes».
¿Cuáles son los horarios estipulados para eso?
«Los lunes y miércoles desde las 16:00 tenemos ‘salita de 5’; desde las 17:00, primero y segundo grado y desde las 18:00, tercer, cuarto y quinto grado.
Los martes y jueves desde las 15:00 es turno de adultos al igual que las 16:00. Desde las 17:30 van chicos de 12 a 15 años y después hay tres turnos más para adultos, 18:30; 20:00 y 21:00.
De todas formas no es estricto porque separamos más por nivel que por edades y también adecuamos los turnos a la necesidad de los alumnos».
¿La escuela apunta a ser competitiva o sólo como deporte social?
«La escuela apunta a poder tener representantes en las competencias, claro. Pero recién comenzamos y el futuro está en los chiquitos que hace poco comenzaron».
¿Cómo pueden hacer los que deseen sumarse?
«Mandarme un mensaje a mi número por WhatsApp (3442-647444) contándome si alguna vez han jugado y ahí le buscamos grupo para que puedan ir a probar. Después todos los que van a la escuela de tenis tienen que ser socios del club y aparte se paga un adicional por el deporte. Todo se abona en secretaria pero cuando se conectan conmigo les informo los valores».
Lo que quieras agregar…
«Me gustaría transmitir el siguiente mensaje: Un deporte no solo le enseña a la persona que lo práctica técnicas y tácticas para poder jugar un partido. Es mucho más que eso, y nosotros creemos que los valores están por encima de todo. El tenis es un deporte individual muy duro, la mayoría de las veces se está solo. El compañerismo en los entrenamientos es la base para la formación de los chicos.
«Y por último, nos gusta transmitir que el deporte, en este caso el tenis, es un juego. Y como todo juego, hay que jugarlo y disfrutarlo, divertirse. Que los chicos/ adultos que vienen a los entrenamientos se vayan con una sonrisa es un objetivo cumplido».