LA PANDEMIA CAMBIÓ LA REALIDAD PARA CLUBES Y DEPORTISTAS

La pandemia que muchos dicen ‘llegó para quedarse’ cambió la realidad del mundo.

Transcurría el mes de marzo de 2020 cuando algunos clubes se preparaban para volver a la competencia mientras que otros, jugaban cosas importantes en sus respectivas categorías. Atlético clasificado en el Torneo Regional Federal Amateur; Gimnasia luchando por la permanencia en el Torneo Federal A; el Tomás de Rocamora con una histórica campaña en la Liga Argentina en la que también estaba Parque Sur con sus altibajos pero siempre dando batalla. En tanto el «Celeste» de Regatas Uruguay se ilusionaba con pelear por el ascenso en el Federal a raíz del buen plantel que había logrado conformar y las chicas del Rojo estaban en plena pretemporada pensando en una nueva Liga Nacional.
De golpe o no tan de golpe apareció el Covid-19; se cerraron las puertas del mundo y todo lo planeado, pensado, gastado quedó en la nada. Todas las apuestas pasaron a mejor vida y ya casi a un año aún se sufre con el virus y todas sus secuelas.
Y fueron los clubes y los trabajadores (los deportistas que actúan en el profesionalismo o casi también lo son) los que más sufrieron sin olvidarnos de los comerciantes además las empresas de todos los rubros que uno quiera imaginarse. Pero lo nuestro es el deporte.
Los clubes, como pudieron, siguieron pagándole a sus empleados y deportistas aunque renegociando los contratos. Por eso aquellos deportistas, acostumbrados a tener remuneraciones durante casi todo el año se encontraron en una situación difícil en la que hubo que recurrir a otras opciones como las de dedicarse a vender productos de rotisería, a trabajar de ‘motoqueros’ en los delivery o salir a buscar trabajo ya que había familia y casa por mantener.
Ahora, cuando parece que todo quiere volver a ser medianamente normal, aunque nada como entonces, a los clubes se le presenta un problema para poder jugar sus respectivas competencias; se apuesta a jugadores del medio y muchos juveniles. Por el lado de los jugadores, aquellos que lograron conseguir empleos ‘seguros y en blanco’ dudan en continuar jugando o se les complica para poder entrenar y viajar. Además, con algunas nuevas formas de disputar los torneos, se les pone aun más difícil seguir en la alta competencia por lo que no extrañe a nadie si en los planteles de esta temporada algunos de ellos no juega.
Por eso una nueva etapa arranca para el deporte, el uruguayense principalmente que conocemos, aunque tenemos noticias de otras ciudades donde la cosa es similar y todo apunta a que, por ahora, el profesionalismo pleno quede de lado. Quizás algún día podamos repetir aquello de que carniceros, albañiles o empleados de comercio enfrenten a los superprofesionales de River Plate como ocurrió con Atlético Uruguay en 1984 o quizás ya el año que viene podamos decir que los clubes se recuperaron, que los aportes del gobierno volvieron a la normalidad, que los sponsors pueden seguir siendo soporte y el deporte uruguayense es nuevamente protagonista.
Pero parece que «Nada, nada volverá a ser lo que fue, puras ilusiones sin saber cuánto tiempo más para entender que esto fue ayer» como canta Mariano Javier Castro el líder de Dread Mar I en su single Nada.
Hoy nuestra realidad dice que se juega ‘para no descender’ como en el básquetbol pero sin demasiadas aspiraciones ante clubes muy potentes que ya hace tiempo se viene preparando y apostando a contrataciones importarles sin haber sufrido todo lo que pasó.
Un ejemplo? en el Torneo Federal A el Deportivo Madryn se encuentra desde el lunes en Corrientes a la espera de su partido del domingo en Resistencia ante Chaco For Ever por los cuartos de final de la Reválida por el segundo ascenso.

(La foto principal del partido Gimnasia-Camioneros, es sólo ilustrativa)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *