LA FELICIDAD DE LA GARROCHISTA LUCIANA GÓMEZ IRIONDO

La atractiva prueba del salto con garrocha repitió el título de la santafesina «Lu» Gómez Iriondo.

Pese a que el viento complicaba esta prueba hubo una muy buena marca la santafesina Luciano Gómez Iriondo quien logró su cuarto nacional en forma consecutiva y postulándose como una de las promesas de nuestro atletismo.
En el 2021 la santafesina fue 6ª en el XVIII° Campeonato del Mundo de Atletismo de juveniles realizado en Nairobi, Kenia, en la final de salto con garrocha con lo que igualaba lo hecho 4 años antes por Ailén Amada en lanzamiento del disco donde, con 52,53 metros también había sido sexta.


Desde los saltos de entrenamientos no había dudas que iba a ser la dominadora de la prueba la que, con la varilla a los 3,50 metros, ya había sido la ganadora aún sin saltar dado que lo comenzó hacer recién a los 3,60. Obviamente que para ganar necesitaba ese salto. En esos 3,50 metros había quedado la metropolitana Carola Bruno con 3,50 metros mientras que la de medalla de bronce fue para la juvenil santafesina Josefina Brunet (3,30 metros).

Luciana acaba de saltar los 4,05 metros y va a compartir su felicidad con su equipo.

La felicidad

A partir de ahí comenzó el show de la santafesina con su entrenador y Germán Chiraviglio como asistentes al costado de la pista de salto. El primer salto con la varilla en 3,60 metros fue para lograr su cuarto título argentino. Después, en el primer intento, superó los 3,80 y los 3,95. Dondequedó muy cerca de su mejor marca, 3,90 m. Tres intentos le costó superar los 4,05 metros pero lo logró; ahí la felicidad fue total dado que había conseguido, con ello, la mejor marca nacional del año. Habia conseguido 4..07 pero eso parecia ya tiempo pasado.

Después de cada salto compartían el video flmado, nada menos que por Chiaraviglio, para ir puliendo detalles.

Después lo intentó en los 4,15 metros pero la varilla se cayó en las tres ocasiones pero nada le importó. Dentro de un torneo donde se repiten los ganadores y no se demuestra demasiada euforia tras el triunfo, lo de Luciana fue una brisa de aire fresco.

No pudo en los 4,15 metros pero la felicidad fue completa. Abrazo con su entrenador, primero, y con Germán después.