JORGE VENDAKIS: MORIR CON SUS PRINCIPIOS

El planteo del partido revancha contra Unión fue tema de discusión en la previa. Jorge Vendakis fue fiel a sus principios.

De Jorge Vendakis siempre nos sorprendió sus planteos ofensivos y los cambios porque, cuando la cosa estaba más complicada sacaba un volante de marca y ponía a uno ofensivo o un delantero. Casi siempre le dieron resultado. Es su forma de ver el fútbol y así eligió jugar la revancha ante Unión.
Tras el 3 a 1 del Núñez la discusión que se armó en el mundillo futbolístico uruguayense era la forma de ir a jugarle a Unión en el «15 de Abril», el reducto del Tate. Muchos eran los que sostenían que Gimnasia debía jugar con un esquema más defensivo, mucho más lógico teniendo en cuenta la jerarquía del rival. Finalmente, y consensuado con los referentes del equipo, Jorge Vendakis (foto principal tras el partido de Unión) fue fiel a su estilo poniendo en cancha un equipo con un enganche (Lalo Colombo) y tres delanteros (Luciano Leguizamón, Marcelo Blanco y Diego Ceballos).
Recordamos, a los que no conocen demasiado la historia de este Lobo, que Blanco llegó a Gimnasia como centrodelantero titular pero después debió resignar ese puesto ante la terrible temporada de Diego Ceballos, autor de 28 goles en ese torneo.
En aquel 2002 pareció un esquema demasiado arriesgado para afrontar los restantes 90 minutos de una serie que ganaba 3 a 1. Hoy a la distancia nos parece muy arriesgado porque, más allá de las virtudes de aquel equipo, se debía enfrentar, como visitante, a un equipo de primera categoría que contaba con jugadores de la categoría de Rubén «el Mago» Capria, Adrian González, Juan Pablo Cárdenas, Nereo Fernández, Norberto Fernández y Martín Perezlindo, todos de gran recorrido en la máxima categoría del fútbol argentino.
Hoy, a la distancia, podríamos cantar como Los Caballeros de la Quema en su álbum La Paciencia de la Araña, Todos atrás y Dios de 9. «Todos atrás y dios de 9. Todos abajo y Dios de 9. Todos atrás y nuestro Dios siempre en orsay» como canta Iván Noble.
Pero, como decimos en el comienzo de esta nota, era la forma de jugar de Vendakis y prefirió morir con ella con la que siempre creyó que ganaba la serie. Además, con Madorrán dirigiendo, también se puede pensar que ningún sistema hubiese servido.
Gimnasia formó con: Catriel Orcellet; Juan Monge, Juan Fontana y Mauricio Almada; Hernán Orcellet, Ricardo Vendakis y Oscar Sena; Leonardo Colombo; Luciano Leguizamón, Marceo Blanco y Diego Ceballos. En el segundo tiempo, 26′ Diego Casals reemplazó a Blanco en el único cambio que realizó Vendakis en el partido.
En el banco quedaron Armando Kloster y un muy joven Matías Padilla.
Madorrán expulsó a Elvio Zamuner (a los 29′ del PT desde el banco de suplentes) además de Juan Monge (24′ ST) y Ricardo Vendakis (43′ ST).

«UN LARGO CAMINO AL CIELO»
«Un largo camino al cielo» cantaba el Potro Rodrigo; el de Gimnasia y Esgrima lo fue con 46 partidos pero, al final, no estaba el cielo, estaba la desazón, la pesadumbre y la derrota». Eso escribimos desde la redacción de El Diario de Paraná para La Calle, poco minutos después del 3 a 0 sufrido en el «15 de Abril», el estadio de Unión de Santa Fe.
«Pero no habrá tiempos para los lamentos, será cuestión de lamerse las heridas, recuperar fuerzas y empezar de nuevo como siempre lo ha hecho Gimnasia, acostumbrado a dar batalla».
Ese camino que encabezó Jorge Vendakis luego de tomar la posta que dejara Carlos Roldán fue de lo más exitoso del Lobo y aquel pronóstico de «recuperar fuerzas y volver a la lucha» fue sólo un deseo que la realidad, año tras año, nos encargó de refregarnos por la cara.
Gimnasia nunca más pudo ser ese Gimnasia que se daba el lujo de golear a Instituto; de eliminar a Atlético Rafaela ganándole de visitante y de local; de pasear su fútbol por canchas que hoy son de Súperliga: Atlético Tucumán, Defensa y Justicia o Arsenal y muchos de B Nacional como Tigre, San Martín de San Juan, Platense.
No sólo nunca pudo ser «ese Gimnasia» sino que vino en picada, tanto en lo deportivo como en lo institucional. Temporada tras temporada luchando por la permanencia con algunas pequeñas ilusiones como el segundo mandato de Lalo Bravi o la temporada de Beto Acosta. Esta vez lo liberó de esa pelea el Covid-19 y le queda un largo camino para la reconstrucción del club con esta nueva dirigencia. Habrá que ver cómo se sale de esta situación para afrontar la próxima temporada.
Si se concreta eso de jugar «sin descenso» le permitirá darle fogueo a sus juveniles, armar un equipo fuerte para cuando regresen los descensos y, de paso, recuperarse institucionalmente. Si eso ocurre se estará ante una situación única para crecer.

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