«GIGANTE, CHIQUITO»

(Por Nicolas Sotomayor). Jorge Rossi es el pequeño-gran jugador con la que Depro le escapa al descenso.

Apenas transcurren cuatro minutos cuando consigue la gran chance de quedar con todo el panorama frente al arco rival, instante en el que recibe el pase de Pastorelli y, sin detener la pelota, dispara con el empeine interior del pie derecho. La pelota se eleva e infla la red. El grito de gol retumba en todo el pueblo. Diez minutos después nace otro contraataque, el Tin Rodríguez lanza un pelotazo direccionado para el mismo delantero del dorsal «7». Éste controla el esférico en velocidad y sin que toque el piso sacude con un derechazo ante la salida del arquero uruguayense. Es el 2 a 0 transitorio en el inicio del partido de la fecha 31 del Federal A.  Es un domingo de un sol tan esplendoroso como el protagonismo de Jorge Rossi, figura del Defensores de Pronunciamiento 3 —el tercero de Lautaro Robles— Gimnasia de Concepción del Uruguay 0 en el estadio Delio Cardozo.
Segundo atacante, mediapunta o centrodelantero. En definitiva, un jugador con despliegue por todo el frente de ataque. Jorge Rossi (1,66 m) tiene el apellido y juega en la posición de Paolo, aquel ex delantero de Juventus, Milan y de la selección de Italia. Paolo Rossi alcanzó el máximo pico de su carrera con la Azzurra, cuando se consagró campeón en España 1982. En ese Mundial empezó a marcar recién en el quinto partido. Resultó decisivo. Algo parecido sucede con Jorgito Rossi, que en el certamen convirtió cinco goles y todos en los últimos siete encuentros. Acá no hay una Copa del Mundo en juego, acá la gloria es permanecer en la tercera división del fútbol argentino.


—¿Nunca dudaron por su altura?
—¿Eh? ¡Pero nooo! Con la calidad que tiene ni es necesario fijarse en eso.
Dice Ricardo el Gato Gandolfo, mientras desliza su pincel empapado de pintura azul marino sobre la fachada de un baño cercano a la platea. El Gato es pintor, pero también es un ex arquero y gloria del Depro (doce títulos locales y dos ascensos en el Federal), entrenador de arqueros del plantel superior y coordinador y técnico de juveniles. En ese último rol es que destaca las condiciones técnicas de Jorgito desde gurí. Lo conoce tras haberlo dirigido varios años en la categoría 99 de Tiago Banega (ex Racing, ahora en Patronato), Lucas Larroza y Kevin Tournour (01), entre otros. Por logros y juego, Gandolfo afirma que aquel equipo era «una aplanadora».
Jorge Rossi nació en octubre de 1999 en la ciudad de Basavilbaso, a 57 kilómetros de la cancha del Depro. Llegó a Pronunciamiento en 2011, proveniente de Villa Mantero, y desde entonces lleva en la piel los colores del Azulgrana. Su debut se produjo en 2019, contra Crucero del Norte, bajo la conducción de Hernán Orcellet. El bautismo como titular se dio en la primera fecha de la temporada 2021 producto de algunas ausencias por Covid-19. El técnico Sergio Chitero confió en él. Rossi respondió con un doblete ante Sportivo Belgrano, y enseguida se transformó en un futbolista de planta permanente en el Federal A. Es chiquito, parece gigante. Controla y descarga, atrae rivales, encara con desequilibrio, desarma defensas. No tiene demasiada velocidad. A cambio sabe manejar el engaño, utiliza el cuerpo, envuelve la pelota y resuelve de inmediato. Eso sí, peca de una excesiva autocrítica. Si las cosas no salen, se fastidia y cae en la intrascendencia. Cuando recupera la confianza, sus cualidades lo hacen un jugador con condiciones de dar el salto.
«Jorge es un delantero que puede jugar de adentro y afuera. Muy potente, tiene cambio de ritmo y busca el arco. Nos aporta en ofensiva cuando aguanta la pelota para que avance el equipo y en el mano a mano desequilibra la defensa del rival. Además tiene el sacrificio de correr a defender desde la primera línea. Para nosotros eso es muy importante», dice Kazuki Fukuoka, ayudante del actual DT del Depro, Ricardo De Angelis, y especialista en el análisis táctico. Precisamente desde que llegaron en la fecha 25, Rossi comenzó a marcar: un tanto contra Atlético Paraná; dos en Salta frente a Juventud Antoniana; y el doblete reciente ante el Lobo uruguayense. «Estamos contentos que nos está dando los goles importantes y sabemos que puede dar más todavía. Es un jugador que tiene mucho futuro», agrega el japonés Kazu.


Octubre será el mes de los momentos culminantes para Depro. Noviembre ya será el mes del Mundial para la Argentina, que buscará repetir la gloria lograda en México 86. A propósito de aquella última vez, la selección de Maradona, Bilardo y compañía tenía como una de las cábalas arribar al Estadio Azteca con el tema «Gigante, chiquito», de Sergio Denis, sonando en el colectivo. En la recta final del Federal A, Defensores de Pronunciamiento se acerca a mantener la categoría con los goles de Jorge Rossi, otro «gigante, chiquito» que atrajo a la suerte camino al objetivo.

(Fotos gentileza club Depro)