CRISTINA Y MIRIÑAQUE ESPERAN TENER PRONTA REVANCHA

(Por Carlos Delfino). Miriñaque debutó en Estados Unidos en un clásico muy complicado. Fue quinto.

La épica quedó lejos para Miriñaque en la 30ª versión del Pacific Classic (G1), la carrera de 2000 metros más importante del calendario en el hipódromo de Del Mar, en California, con medio millón de dólares en premios. El campeón argentino dio su primer paso en Estados Unidos al caer la tarde del sábado, tres meses después de desembarcar en ese país, y cruzó quinto el disco entre seis participantes, a 16 cuerpos del vencedor, el gran favorito Maximum Security, que se impuso por tres a Sharp Samurai.
No hubo espacios para las sorpresas. Acaso la mayor de todas haya sido la actitud del ganador, de no salir a especular y jugarse adelante desde la salida. No es un improvisado en esa estrategia, pero en su última conquista había sido más cauteloso Abel Cedillo en su conducción. Esta vez no quiso problemas y les enseñó el rumbo desde la primera pasada frente a las tribunas, inusualmente sin espectadores por la pandemia de coronavirus. Maximum Security tiene la calidad de Roger Federer y la potencia de Muhammad Ali. Ha sido una muralla en 10 de las 12 veces en que estuvo en las gateras, y una de sus dos derrotas fue por descalificación, en el Kentucky Derby en el que había llegado primero tras derrapar en el barro en la última curva y poner en riesgo a algunos rivales. ¡El propio presidente Donald Trump se quejó al día siguiente en Twitter por el fallo!

Miriñaque mostró mayor velocidad de la que tenía en la Argentina y corrió más cerca que nunca en la primera mitad de una carrera lenta, pero se quedó sin furia para la recta final. Tiago Pereira, el jockey brasileño que tomó las riendas en lugar de su compatriota Francisco Leandro Gonçalves (no pudo viajar desde Buenos Aires), le ahorró un esfuerzo extra en ese tramo cuando superó a Dark Vader y ya no tenía otro rival cerca al cual pudiera comprometer.
Caballo del Año 2019 en la Argentina, por sus triunfos en los grandes premios Polla de Potrillos y Nacional, Miriñaque tuvo la definición fuera de su radar. Para Maximum Security, el éxito tiene una recompensa adicional: la clasificación directa para el Breeders’ Cup Classic (G1), el cotejo más importante de una serie de clásicos internacionales con sede en suelo norteamericano, que se hará el 7 de noviembre en Keeneland.
De los 17 caballos argentinos que corrieron en esta prueba, Miriñaque, de 430 kilos, es el primero que lo hizo en manos de su entrenador original, la recientemente premiada María Cristina Muñoz, que viajó antes de que lo hiciera el tordillo al que conoce desde que nació. Lo vio crecer; lo recibió en el stud Parque Patricios, en la villa hípica de Palermo, y lo educó, para potenciar su talento innato. Se separaron sólo unos días entre el segundo puesto en el Latinoamericano de San Isidro y el reencuentro en Miami, donde cumplió la cuarentena obligatoria para todo animal que cambia de país. Desde allí partieron hacia San Diego, la ciudad en la que se alojan.
Lejos de los brillos de Gentlemen (1997) y Candy Ride (2003), los dos campeones argentinos que lograron la hazaña de ganar este clásico luego de aclimataciones más extensas y de actuaciones previas, Miriñaque comenzó su aventura estadounidense con la vara muy alta. Ahora será tiempo de barajar y dar de nuevo. Los sueños están para cumplirlos, y sin intentarlo, la respuesta sería contrafáctica.
Con la experiencia del primer paso y un abanico de opciones para un caballo que apenas transita la segunda temporada de su campaña, el tordillo tiene el campo abierto para la recuperación inmediata. A los 4 años, luego de sobresalir entre los de su generación en el país, tendrá el desafío de demostrar que conserva la furia y que al cambiar de hemisferio sólo perdió la virgulilla sobre la eñe de su nombre, porque no se usa esa letra en Estados Unidos.